Luis Federico Leloir (1906-1987)
Ganador del Premio Nobel de
Química en 1970.
Este extraordinario médico nació
en París el 6 de septiembre de 1906 y falleció en Buenos Aires el 2 de
diciembre de 1987.No obstante ser francés por su nacimiento, vivió y desarrolló
todos sus trabajos en la República Argentina.El menor de 9 hermanos, era
un chico tranquilo, al que no le importaba jugar solo y realizar trabajos con
las manos. Ya desde chico dio muestras de mucha habilidad manual y, además, de
sentido del humor , cursó sus estudios
primarios en la escuela estatal San Martín, lo hicieron pasar el primer año del
nacional por su inteligencia. Los estudios secundarios los hizo en un principio
en el Colegio Lacordaire, luego en el del Salvador, y por algunos meses, en el
Colegio Beaumont, en Inglaterra. Años mas tarde, estando en París, ingresó en
el Instituto Politécnico para estudiar arquitectura. Al regresar a Buenos Aires
decidió ingresar a la
Facultad de Medicina. Y finalmente en 1932 obtuvo el título
de médico.Al no gustarle esa vocación decidió iniciarse en trabajos de
investigación, y el doctor Carlos Bonorino Udaondo lo conectó con el profesor
Bernardo A. Houssey, el cual lo hizo ingresar al Instituto de Fisiología
dirigido por él. Había decidido ser investigador y lo sería en forma cabal. En
1936 viajó a Inglaterra para perfeccionarse en el Biochemical Laboratory del
Profesor Hopkins (premio Nobel de fisiología y medicina en 1929).En 1947
comenzó a trabajar en el Instituto de Investigaciones Bioquímicas de la Fundación Campomar ,
donde luego fue nombrado director. Este instituto fue fundado en 1947 por el
señor Jaime Campomar.En 1958 le fue otorgado el T. Ducett Jones Memorial Award.
En ese mismo año se lo designó miembro del Directorio del Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas, cargo que desempeñó hasta 1964 y
nuevamente de 1968 a
1970.En 1959 se lo designa miembro de número de la Academia Nacional
de Ciencias de los Estados Unidos y en 1961 en igual categoría en la Academia Americana
de Artes y Ciencias. También le fue concedido el premio Bunge y Borm.Se destacó
por sus estudios de enzimología y, en particular sobre la función de las
glándulas suprarrenales. Recibió el Premio Nobel de Química el 27 de Octubre de
1970 en Estocolmo por el descubrimiento de los nucleótidos, azúcares y su papel
en la biosíntesis de los hidratos de carbono. Fue el tercer premio Nobel en la
historia argentinaLeloir es un ejemplo, como hombre y como científico, para
todos los argentinos. Durante 1970 Leloir había sido nombrado miembro de la Sociedad de París, y en
1971 el poder ejecutivo lo designó presidente honorario del Consejo Nacional de
Investigaciones Científicas y Técnicas, así como con el mismo carácter la Fundación Dermo , y
como miembro honorario, la Sociedad Argentina de Cardiología se le encargó
en 1973 el diploma honoris causa de la Universidad de Buenos Aires. También en 1976 fue
nombrado miembro de honor de la
Sociedad de Biología de Francia; miembro del Consejo de Honor
de la Asociación
Bioquímica ArgentinaMencionar a Leloir es hablar de la
historia grande de nuestro país. Este eminente e incansable investigador nunca
buscó el halago o la notoriedad y siempre se lo encontraba trabajando desde muy
temprano hasta entrada la noche en su laboratorio. Su único interés era el de
realizar descubrimientos que fuesen para beneficio de la humanidad y cumpliendo
su destino de sabio, entregó su invalorable labor a la ciencia sin pedir nada
de retribución. La influencia del Doctor Bernardo Houssay sobre Leloir fue
decisiva y la relación entre ambos continuó hasta el fallecimiento de Houssay
en 1971.
Bernardo Houssay
Sin duda el Nobel no era la meta
de Bernardo H. Houssay, nacido el 10 de abril de 1887 cuando egresó como
bachiller con las mejores calificaciones a los 13 años de edad, después de
haber pasado, en solo cinco meses, el tercer grado a primer año.Su ingreso a la
carrera de Farmacia a los 14 años no extrañó tanto como la facilidad con que
aprendía y con que expresaba lo que había aprendido. Farmacéutico a los 17
años, inició sus estudios de Medicina trabajando simultáneamente como técnico
de farmacia en el Hospital Francés y poco después en la Farmacia del Hospital de
Clínicas. Su actividad laboral y dieciocho meses de servicio militar demoraron
sin duda sus estudios, desarrollados en siete años, pero tampoco en la Facultad de Medicina pasó
desapercibido.Sus compañeros recuerdan que “los exámenes que rendía Houssay
eran tan brillantes que concitaban nuestra curiosidad y no olvido cómo entre
nosotros se decía “mañana da examen el francés” , que así lo llamábamos
aludiendo al origen de sus padres, y allí nos reuníamos un buen grupo de
condiscípulos para presenciar su prueba” Su fama se extendía rápidamente en el
reducido mundillo científico de la primera década del siglo. En 1908 ingresó
por concurso como ayudante de trabajos prácticos en la cátedra de Fisiología,
donde tenía a su cargo la publicación de las clases dictadas por su titular, el
doctor Piñero. Apenas recibido de médico, en 1911, fue nombrado profesor de
Fisiología de la Facultad
de Veterinaria, donde instaló un rudimentario laboratorio en un enorme galpón,
sin luz eléctrica y calentado a brasero y superposición de ropas de abrigo.Con
esta frase don Bernardo estimuló siempre a sus discípulos y no hay duda que
predicó con el ejemplo desde su juventud. Su tesis doctoral la preparó en aquel
incómodo laboratorio de la
Facultad de Veterinaria, conde continuó las investigaciones
iniciadas cuando era estudiante de Farmacia mediante técnicas desarrolladas por
él mismo basándose en los conocimientos adquiridos en la lectura del libro de
Claude Bernard En esos años, la glándula hipófisis, mal llamada pituitaria, era
muy poco conocida.Su tesis doctoral sobre “La acción fisiológica de los
extractos hipofisarios” fue el primer tratado de endocrinología del mundo, por
lo que la facultad le regaló mil ejemplares que se distribuyeron en todas las
escuelas de medicina del exterior e hicieron famoso a su autor. Además, esa
tesis le valió el premio ‘Facultad de Ciencias Médicas” y fue el punto de
partida de la investigación científica por el método experimental en nuestro
país.Entre 1911 y 1919 ejerció la medicina clínica en el Hospital Alvear y en
su consultorio privado; dictó su cátedra en la Facultad de Veterinaria y
desde 1915 integró el cuerpo de investigadores del Instituto Bacteriológico,
organismo oficial dedicado a la preparación de sueros y vacunas.Tanta actividad
lo obligaba, claro, a comenzar su día a las 5 de la mañana. Pero en 1919 ganó
por concurso la titularidad de la
Cátedra de Fisiología de la Facultad de Medicina y
poco después consiguió del Consejo Directivo de esa facultad la creación del
Instituto de Fisiología y la figura de profesor full-time, condición largamente
anhelada por Houssay. Este Instituto fue su laboratorio de enseñanza e
investigación con la posibilidad para los alumnos de tener profesor y personal
docente con dedicación exclusiva.Toda una revolución para la época y un
considerable deterioro para la economía personal de Houssay, que debió
abandonar su consultorio para dedicarse de lleno a su nueva tarea, porque, como
él decía, “el soplete, aplicado en un punto, perfora, pasado sobre la
superficie, apenas entibia”.
CESAR MILSTEIN
Nació en Bahía Blanca (Buenos
Aires) el 8 de octubre de 1927 y es considerado uno de los científicos
argentinos de mayor prestigio a nivel internacional.En 1984 obtuvo el Premio
Nobel de Medicina y Farmacología por sus trabajos para perfeccionar el sistema
de defensa inmunológica con el que naturalmente cuentan los seres
humanos.Milstein permaneció en Bahía
Blanca hasta 1945, cuando se trasladó a la Capital Federal
para estudiar en la
Universidad de Buenos Aires y cuatro años más tarde, en 1956,
recibir su doctorado en Química y un premio especial por parte de la Sociedad Bioquímica
Argentina.En 1957 se presentó y fue seleccionado por concurso para desempeñarse
como investigador en el Instituto Nacional de Microbiología Carlos Malbrán, que
atravesaba por entonces una época de esplendor de la mano de su director,
Ignacio Pirosky. Al poco tiempo de haber ingresado a dicho Instituto, Milstein
partió rumbo a Cambridge,Inglaterra, beneficiado por una beca.El lugar elegido
era nada menos que el Medical Center Research, uno de los centros científicos
mundialmente reconocidos por su excelencia, y donde trabajaba Frederick Sanger
- Premio Nobel de física catorce años más tarde-, que fue su director de
investigaciones. Una vez concluida la beca, las autoridades de aquel centro de
investigaciones solicitaron a Buenos Aires una prórroga por dos años más, que
fue aceptada de inmediato por las autoridades del Malbrán.Al volver a la Argentina , en 1961,
Milstein fue nombrado jefe del recientemente creado Departamento de Biología
Molecular del Instituto Malbrán. En el desempeño de este cargo, además de
dedicarse al trabajo propiamente científico, quiso servir al mantenimiento
físico del propio Instituto Malbrán, fabricando él mismo parte del mobiliario
que se necesitaba para llevar a cabo las distintas prácticas, o reciclando
muebles viejos y ya inservibles; obviamente, las dificultades presupuestarias
se relacionaban en forma directa con este hecho.Tras el golpe militar de 1962,
el instituto Malbrán fue intervenido y el trabajo de Milstein, perjudicado:
diversos inconvenientes político-institucionales, que incluyeron numerosas
cesantías, perturbaron a su equipo en la etapa crucial de un programa de
estudios muy avanzados para el contexto de entonces, incluso a nivel mundial.
Milstein era uno de los que no había sido directamente damnificado, aunque ya
estaba cansado de las gestiones y las estratagemas, de las intrigas y de los
comentarios a hurtadillas: todo esto le sacaba la energía que deseaba dedicar a
sus actividades científicas. Y así, Milstein y su esposa hicieron las valijas y
partieron, otra vez, rumbo a Gran Bretaña. En 1964 estaba nuevamente en el
Medical Research Council de Cambridge, y fue durante ese mismo año que
consiguió los primeros resultados que dos décadas más tarde lo harían merecedor
del Premio Nobel de Medicina.Hacia fines del siglo XIX, se logró establecer que
los principales causantes de las enfermedades son microorganismos (virus y
bacterias). Poco después se lograron identificar una serie de elementos
minúsculos que viajaban por el torrente sanguíneo persiguiendo a las bacterias,
a los virus -ambos agentes infecciosos provenientes del ambiente exterior-, e
incluso a pequeñas porciones celulares pertenecientes al propio organismo. Esta
resistencia natural que todos los seres humanos llevan consigo sería muchos
años más tarde rebautizada con el nombre de respuesta inmunitaria del
organismo.Los principales protagonistas de la lucha son, por el lado del
organismo humano, las células macrófagas, los comúnmente conocidos como
anticuerpos, denominadas "T helper" o cooperadoras, y las "T
killer" o asesinas. Estas clases de conformaciones celulares deberán
vérselas con el antígeno (el agente extraño que se introduce en el cuerpo y
desata la respuesta inmune). No siempre el sistema inmune triunfa, y hay veces
en que los microorganismos se salen con la suya, burlando al sistema
inmunológico y ocasionándole al individuo una serie de trastornos orgánicos que
pueden llevarlo a la muerte. Al cabo de siglos, los microorganismos han demostrado
ser buenos conocedores de las grietas que ofrece este sistema defensivo, y lo
suficientemente sagaces como para desaprovecharlas.Las células T llamadas T
helper o cooperadoras, se encargan de reconocer y codificar las propiedades del
invasor y luego dejan el campo a otro tipo de células, las "T killer"
(asesinas), que serán las encargadas de destruir al virus o bacteria. Esta
operación se repite cuantas veces sea necesario, hasta vencer al último de los
microorganismos.Una vez destruido el antígeno, o agente invasor, la información
correspondiente queda archivada en el sistema inmunológico, de modo que el
organismo quede bien pertrechado para una posible segunda incursión. Las
especialistas en este trabajo son las llamadas "T memoria", otra
variedad que se encarga de acumular, procesar y clasificar información de modo
que el organismo pueda responder de inmediato a un nuevo ataque sin necesidad
de tener que atravesar todas y cada una de las etapas del proceso
anterior.Aunque estos procesos se producen todos los días, a toda hora y en
cualquier lugar sin que nadie tome debida nota, en más de una ocasión provocan
malestares de índole variada, dolores, debilidad repentina, e incluso pueden
dejar de por vida huellas visibles sobre la propia conformación de la piel.
Esto es, ni más ni menos, lo que ocurre cuando las personas enferman.El período
que corresponde al desarrollo de las hostilidades entre el antígeno invasor y
el sistema inmune, coincide con el tiempo que transcurre desde el momento en
que se incuba la enfermedad, hasta que ésta se rinde ante las defensas
inmunológicas. Cuando la primacía entre los bandos no está bien definida, es el
momento en que las vacunas y los antibióticos empiezan a jugar un rol decisivo
dentro del organismo.En la mayoría de los casos, la función que cumplen las
vacunas es la de incentivar al sistema inmunológico para que fabrique con un
margen de tiempo razonable los anticuerpos necesarios para posibilitar que las
posibles invasiones sean detenidas en la frontera que separa el cuerpo humano
del mundo externo.A pesar de que el mecanismo de respuesta inmunitaria no ha
sido totalmente aclarado por la ciencia, en 1940 Pauling sugirió una teoría
según la cual el organismo poseería una proteína capaz de amoldarse a cualquier
agente invasor. Si esta suposición es correcta, los anticuerpos específicos que
naturalmente fabrica el cuerpo humano serían algo así como trajes especialmente
diseñados para determinadas ocasiones, aunque sin una medida uniforme, cuyos
talles, sizas y anchos de manga habrán de confeccionarse en el momento de la
acción. Como las poblaciones de células defensoras están integradas por una
clase variada de anticuerpos que se hallan naturalmente capacitadas para atacar
distintos puntos del antígeno invasor, han sido denominados policlonales.El
sistema tiene sus bemoles, tal como sucede habitualmente con cualquier sistema,
y particularmente con los sistemas defensivos. Su flanco débil está dado
precisamente por su gran capacidad de adaptación: esto constituye una limitación
para el sistema inmunológico, puesto que por esa misma razón carecen de la
afinidad necesaria como para enfrentarse con los agentes invasores de una forma
contundente. En determinados casos, la falta de especificidad de los
anticuerpos policlonales es comparable a la supuesta virtud de aquellos
jugadores de fútbol que tienen la capacidad de amoldarse a cualquier puesto,
pero que en realidad terminan por no jugar del todo bien en ninguno. Claro que
esto sólo queda evidenciado cuando el rival que tienen enfrente resulta
superior.Hace varias décadas que la ciencia aplicada viene intentando con
diferente fortuna fabricar líneas de anticuerpos puros en forma artificial, es
decir, inmunosueros capaces de detectar y enfrentarse a una parte específica
del antígeno con la esperanza de poder vencerlo. Para Milstein, esta
posibilidad se fue convirtiendo de a poco en una obsesión que llevó consigo
durante años, hasta que finalmente pudo convertirla en hipótesis, primero, y en
un logro concreto, después, en los laboratorios de Cambridge y en colaboración
con su colega George Köehler. Milstein y Köhler debieron ingeniárselas entre
1973 y 1975 para lograr configurar los llamados anticuerpos monoclonales, de
una pureza máxima, y por lo tanto mayor eficacia en cuanto a la detección y
posible curación de enfermedades.El gran hallazgo que le valió a Milstein el
Premio Nobel produjo una revolución en el proceso de reconocimiento y lectura
de las células y de moléculas extrañas al sistema inmunológico. Los anticuerpos
monoclonales pueden dirigirse contra un blanco específico y tienen por lo tanto
una enorme diversidad de aplicaciones en diagnósticos, tratamientos
oncológicos, en la producción de vacunas y en campos de la industria y la
biotecnología. Imagen: Milstein a los 10 años en la puerta de su casa en Bahía
BlancaEn cuanto a sus posibilidades de diagnosis para la realización de
trasplantes, el uso de los monoclonales permitiría establecer el grado de
afinidad entre los órganos y el organismo receptor, de tal modo de diagnosticar
de antemano si el órgano trasplantado sufrirá o no rechazo.En 1983, Cesar
Milstein se convirtió en Jefe y Director de la División de Química de
Proteínas y Ácidos Nucleicos de la Universidad de Cambridge.Para entonces,
Inglaterra lo había adoptado como ciudadano y científico, por lo que iba a
compartir con la Argentina
el honor del Premio Nobel que Milstein obtuvo en 1984 - compartido con Köhler-
, por el desarrollo de los anticuerpos monoclonales.En la actualidad, Cesar
Milstein continúa trabajando en el Laboratorio de Biología Molecular de
Cambridge, aunque con visita la
Argentina con bastante frecuencia. En 1987 fue declarado
ciudadano ilustre de la Ciudad
de Bahía Blanca y recibió el título de Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional
del Sur.
El 24 de marzo de 2002, falleció
los 74 años de una afección cardiaca en Cambridge.
Florentino Ameghino
(Luján, 1854 - La Plata , 1911) Naturalista argentino. Asistió a la escuela
elemental de Luján y sorprendió a su maestro con su precocidad y curiosidad por
saber y comprender. Allí había residido muchos años Francisco Javier Muñiz,
cuyos descubrimientos paleontológicos se conservaban en la tradición local y
pronto atrajeron al joven Florentino. Ainstancias de su maestro fue a Buenos
Aires, aprendió francés (con lo que accedió a lecturas científicas en esa
lengua) e ingresó en la
Escuela Normal de Preceptores. Nombrado maestro de Mercedes
en 1869, la proximidad de esta ciudad con Luján le permitió conocer los fondos
del Museo Histórico Natural que dirigía entonces Burmeister.Sus primeros
trabajos le valieron la burla y un cierto desdén, pero él no se desalentó. En
1871 inició la redacción de La antigüedad del hombre en el Plata, obra que
terminó en 1875 y publicó cinco años después. Comenzó a enviar trabajos a la Sociedad Científica
Argentina, la cual premió su memoria sobre El hombre cuaternario en la pampa
(1876), llegándole estímulos de los científicos.Viajó a Europa en 1878; allí
expuso sus hallazgos en la
Exposición de París, realizó trabajos de campo, publicó y
presentó memorias al Congreso de Antropólogos de París (1878) y al de
Americanistas de Bruselas (1879). Regresó a Argentina en 1881, ya mundialmente
consagrado como antropólogo y geólogo. Fue director del Museo de Historia
Natural (1902) y dictó cátedras en Córdoba, Buenos Aires y La Plata.Contando con
la colaboración de su hermano Carlos, se dedicó al estudio de la fauna fósil de
los mamíferos y llegó a descubrir cerca de mil especies nuevas. Su
clasificación estratigráfica de la formación pampeana continúa teniendo
validez, no así sus teorías sobre el origen del hombre y de los mamíferos
sudamericanos. Entre sus obras cabe citar Los mamíferos fósiles de la América Meridional
y La formación pampeana (ambas de 1880), Filogenia (1884), Contribución al
conocimiento de los mamíferos fósiles de la Argentina (1889), Las
formaciones sedimentarias y Mi credo (ambas de 1906), El origen del hombre
(1907) y El origen poligénico del lenguaje (obra póstuma e incompleta).Su
trabajo muestra una clara influencia de las ideas del filósofo Herbert Spencer,
quien postulaba una noción inmanente de la evolución como base para su teoría
del progreso. Para Ameghino, como para Spencer, las leyes que rigen el mundo
físico son las mismas que valen para el mundo humano, tanto en el plano
individual como en el político-social.
A.N.M.A.T
Adminitracion Nacional de
Medicamentos , Alimentos y Tecnologia Medica.
I.N.T.A
Instituto Nacional de Tecnologia
Agropecuaria
El Instituto Nacional de
Tecnología Agropecuaria es un organismo estatal descentralizado con autarquía
operativa y financiera, dependiente del Ministerio de Agricultura, Ganadería y
Pesca de la Nación. Fue creado en 1956 y desde
entonces desarrolla acciones de investigación e innovación tecnológica en las
cadenas de valor, regiones y territorios para mejorar la competitividad y el
desarrollo rural sustentable del país.Sus esfuerzos se orientan a la innovación
como motor del desarrollo e integra capacidades para fomentar la cooperación
interinstitucional, generar conocimientos y tecnologías y ponerlos al servicio
del sector a través de sus sistemas de extensión, información y comunicación.La
institución tiene presencia en las cinco ecorregiones de la Argentina (Noroeste,
Noreste, Cuyo, Pampeana y Patagonia), a través de una estructura que comprende:
una sede central, 15 centros regionales, 5 centros de investigación, 50
estaciones experimentales, 16 institutos, más de 300 Unidades de Extensión (ver
mapa institucional).Por su parte, dos entidades privadas creadas por la Institución en 1993,
Intea S.A. y Fundación ArgenINTA, se suman para conformar el Grupo INTA.El
resultado del trabajo del INTA le permite al país alcanzar mayor potencialidad
y oportunidades para acceder a los mercados regionales e internacionales con
productos y servicios de alto valor agregado.
C.N.E.A
Comision Nacional de Energia
Atomica
Las actividades de este Centro
Atómico, ubicado en el partido de San Martín, abarcan un ámbito muy amplio, desde
la investigación básica hasta el desarrollo tecnológico y la nanotecnología. Se
operan instalaciones experimentales, plantas piloto de fabricación de
combustibles nucleares y reactores de investigación. En sus instalaciones, se
encuentra el Instituto de Tecnología Profesor Jorge Sábato y el Centro de
Información - Biblioteca Eduardo Savino, poseedora de una de las mejores
fuentes de información del país en temas científico – técnicos. se caracteriza
por tener grupos técnicos, plantas piloto y semi industriales, y laboratorios
con capacidades destacadas en las áreas de producción de radioisótopos,
producción y desarrollo de radiofármacos y uso de radiaciones ionizantes. La
mayoría de los radioisótopos que el país requiere en el ámbito de la salud
humana y para aplicaciones agropecuarias e industriales son producidos en este
Centro Atómico. Además, en él se gestionan los residuos radiactivos generados
en el país y también funciona allí el Instituto de Tecnología Nuclear Dan
Beninson. En su predio se encuentran instaladas las plantas industriales de las
empresas asociadas a la CNEA :
Combustibles Argentinos Sociedad Anónima (CONUAR S.A.) y Fabrica de Aleaciones
Especiales (FAE S.A.). Además, la empresa asociada DIOXITEK S.A. opera la Planta de Fabricación de Fuentes
Selladas de Cobalto-60, con cobertura del mercado local y la exportación de
fuentes con los más altos estándares de calidad. La CNEA tiene por compromiso
participar activamente en la finalización de la Central Nuclear
Atucha II; apoyar y asistencia técnica en el funcionamiento y servicio de las
centrales nucleares existentes; desarrollar programas de extensión Gestión y
extensión de vida de las centrales, en particular para la Central Nuclear
Embalse; y continuar la planificación de las tareas preliminares para el futuro
desmantelamiento de instalaciones nucleares relevantes y el desarrollo de
equipos de descontaminación mecánica y estudios sobre gestión de hormigones.
C.N.E
Comision Nacional de Energia
Ceamse
La actividad de CEAMSE comprende
la coordinación de un sistema integral donde son parte preponderante:
>> El transporte,
tratamiento y disposición final de los residuos sólidos domiciliarios.
>> El transporte,
tratamiento y disposición final de los residuos industriales asimilables a los
domiciliarios, a través del programa de Servicio a Generadores Privados.
>> El programa de reciclaje
“CEAMSE recicla”, con fuerte impulso en la instalación de Plantas de Separación
y Clasificación de Residuos en los Complejos Ambientales de CEAMSE.
>> El servicio de inspección
y control integral del Servicio Público de Higiene Urbana de la Ciudad de Buenos Aires, en
las Zonas 1,2, 3, 4 y 6.
>> La ejecución de las
tareas de limpieza y mantenimiento de espejos de agua en la Ciudad de Buenos Aires:
Arroyos El Gato, Puerto de Frutos, Arroyo Patiño y Río Tigre, Río Reconquista y
Pista Nacional de Remo.
>> Consultoría y
Asesoramiento, tanto a nivel nacional como internacional y colaboración en
erradicación y saneamiento de basurales y cuencas.
>> Una intensa política de
protección, mantenimiento y creación de Áreas Verdes.
>> El Camino Parque del Buen
Ayre, una vía de vinculación rodeada de parques y de áreas verdes, por el que
circulan más de 1.920.000 vehículos por año.
Senasa
El Servicio Nacional de Sanidad y
Calidad Agroalimentaria (SENASA) es un organismo sanitario rector de la República Argentina
, cuyo objetivo principal es la fiscalización y certificación de los productos
y subproductos de origen animal y vegetal, sus insumos y residuos agroquímicos,
así como la prevención, erradicación y control de enfermedades animales,
incluyendo las transmisibles al hombre, y de las plagas vegetales que afectan a
la producción agropecuaria del país.
Para implementar y promover la acción sanitaria y fitosanitaria, elabora
normas y controla su cumplimiento, asegurando la aplicación del Código
Alimentario Argentino, dentro de las normas internacionales exigidas. Asimismo, planifica, organiza y ejecuta
programas y planes específicos que reglamentan la producción, orientándola
hacia la obtención de alimentos inocuos para el consumo humano y animal. EL SENASA depende de la Secretaría de
Agricultura Ganadería, Pesca y Alimentos (SAGPyA) de la República Argentina
y a su vez, del Ministerio de la
Producción.
Para lograr la garantía de
calidad, que comprende la inocuidad y eficacia de la sanidad animal y vegetal,
el SENASA realiza la siguientes acciones
♦ Fiscaliza y certifica la calidad
de los productos destinados al diagnóstico, prevención y tratamiento de
enfermedades y/o plagas que
afectan a la sanidad y a la calidad de los animales y vegetales , así como de
la
prevención y tratamiento de los
efluentes y residuos resultantes de su producción.
♦ Establece zonas y/o fronteras
epidemiológicas , adoptando y ejecutando las técnicas apropiadas , inclusive
el sacrificio de animales y/o
destrucción de vegetales, para salvaguardar el patrimonio sanitario animal y
vegetal.
♦ Registra, habilita clausura y
fiscaliza las plantas de procesamiento , acondicionamiento , transporte y
comercialización de los productos
del área de su competencia.
♦ Controla el Tráfico Federal, las
importaciones y exportaciones de los
productos y subproductos y
derivados de origen animal y
vegetal , productos agroalimentarios, fármacos-veterinarios y agroquímicos,
fertilizantes y enmiendas.
♦ Registra , autoriza o prohibe
los agroquímicos.
I.N.T.I
Instituto Nacional de Tecnologia
Industrial
El Instituto Nacional de
Tecnología Industrial (INTI) de la República Argentina
es un organismo descentralizado del gobierno nacional, actúa en el ámbito
jurisdiccional del Ministerio de Economía y Producción, en la Secretaría de Industria, Comercio y Pymes.La misión del
INTI es el Servicio Público de Generación y Transferencia de Tecnología
Industrial.
Axiomas Políticos
· Un Estado técnicamente sólido
· Los pequeños más fuertes
· Los consumidores más libres
· Los ciudadanos más informados en
tecnología
Pretendemos que quien quiera saber
qué y cómo sobre ‘Tecnología Industrial’, recurra al INTI con la misma
naturalidad que un padre lleva a su hijo a la escuela a educar o un enfermo
busca el hospital para sanarse.
Programas
Desarrollo
Atiende demandas externas
explícitas y diagnostica eficiencia productiva; apunta a solucionar problemas
tecnológicos de manera integral y a configurar un escenario innovador que
tienda tanto al desarrollo cuanto al aumento de la competitividad industrial.
Objetivos específicos:
· Planifica, organiza y supervisa
o dirige actividades de desarrollo tecnológico.
· Planifica, organiza y supervisa
o dirige actividades de investigación aplicada o de asistencia técnica no
atendida directamente por los centros de investigación y desarrollo.
· Coordina y supervisa grupos
multidisciplinarios para la ejecución de proyectos.
· Coordina las actividades de
fabricación de prototipos en los proyectos de desarrollo encarados en el ámbito
del Instituto.
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